¿Cómo
me siento? Traicionado. Si, traicionado. Me siento dolido. Me hubiera gustado
que hubieses decidido confiar en mí, como yo he hecho contigo. Me siento como
si me hubiesen echado a un lado. Como si de un día para otro todo lo que hemos
pasado hubiese desaparecido.
Y puede
sonar egoísta, pero no quería compartirte. Al menos no de esta manera. Me
gustaba cuando después de un largo día podíamos hablar horas y hacer que me
olvidara de todo lo que había pasado. Eras como un refugio, un oasis. Me
gustaba que confiases en mí y me contases tus problemas, y yo me abría como no
lo he hecho con nadie. Eras como un tesoro de valor incalculable.
Pero el
tesoro salió a la luz, y los piratas lo encontraron. Lo abrieron por la fuerza
y llegaron en semanas donde a mí me había costado casi un año llegar, y más allá.
Ahora el tesoro ha desaparecido. Solo queda un puñado de piratas con retales
del tesoro que un día fuiste. Suena muy egoísta, pero un oasis de todos no es
tan valioso como un oasis desconocido. Un oasis en el que te recuerdan de dónde
vienes no es comparable a un oasis en el que puedes perderte y descansar, un
lugar en el que eres un completo desconocido. Un lugar en el que me gustaría
volver a estar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario