Llamar sin ninguna razón, solo por echar de menos

jueves, 10 de abril de 2014

Una llamada de teléfono, una sonrisa y a la vez una búsqueda de un porqué



-Hola, ¿qué tal? ¡cuanto tiempo! los exámenes, el resto de cosas?

+Genial, ya ves aquí todo como siempre, ¿querías algo?

-Ya empezamos como siempre, con tus porqués, tu búsqueda de la razón y del sentido a todo

+Entiéndeme, no es que no me alegre de que me llames, que me ha encantado, pero me sorprende

-Si quieres me busco una tonta excusa, alguna gilipollez

+Si hubieras esperado una semana para mi cumpleaños, no te hubiera preguntado un porqué me has llamado, hubiera supuesto que para felicitarme

-Apunto de cumplir los 16 y crees que no sé que ese día vas a estar totalmente desaparecida, que llamar a 
tu casa a cualquier hora va a supone que no estés, nos conocemos ya desde hace tiempo.

+No se quizás este año hubiera cambiado y esté en casa, aveces pasa las personas cambiamos

-Vale, sigues tomando siempre mantecado de limón,

+Bueno quizás esté últimamente mas sensible, pero si

-Vas a subir en verano?

-No

+¿Pensabas decirlo, o avisarlo?

-No, quiero una temporada desaparecida y de relax, supongo que lo entenderéis

+Claro, si no te he pedido ningún porqué, entenderte, bueno eso cuesta un poco más, ale agur ta ikuzi arte (adiós, hasta la vista)

-¿Volverás a llamarme?

+No sé , si me apetece, si claro, si no pues no, ya sabes hacer siempre lo que queremos, también puedes llamar tú, pero no lo hagas por obligación o por una especie de deuda porque te llamase hoy, llámame cuando de verdad quieras hablar no hace falta que inventes ninguna excusa.

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