Envíanos tus historias X: Delirios de una nube

viernes, 5 de diciembre de 2014

¡Muy buenas a todas! Hoy volvemos con un relato de Ángel Ligero. Nos ha vuelto a mandar un texto al blog, muchas gracias Ángel



Miro al cielo. Nubes. Millones de gotas de agua en suspensión. Formas increíbles. Y que somos nosotros; un 73% nube un 27% restante de contaminantes. Proteínas, carbohidratos… sal.  La verdad es que la vida sin algo de sal sería muy sosa.

Somos nubes que no flotamos. Esos contaminantes son los que nos mantienen atados a la realidad. Aunque si te concentras, en tu interior, siempre puedes echar a volar. No tuyo físico, pero si tu imaginación.

Puedes vivir una gran aventura, y no tienen por qué ser una nube, por muy hermoso que eso sea. Puedes ser lo que tú creas conveniente, para algo es tu fantasía. Es curioso, pero son esos 27% de contaminantes los que nos permiten soñar. Sin este 27% ni siquiera nos daríamos cuenta de que somos una nube. Simplemente existiríamos, pero sin estar, como las piedras.

Ese 27% es el que nos permite componer preciosas sinfonías.

Ese 27% es el que nos permite escribir fabulosas novelas.

Ese 27% es el que nos permite enamorarnos. Porque… que yo sepa las nubes puras, las 100% nube, esas nubes no se enamoran.

Será por este 73% de nube por lo que nos encanta alzar la vista y mirar hacia arriba. Todos soñamos con tocar las estrellas y recostarnos sobre las mullidas nubes, a veces tan hermosas u otras tan terribles. ¿Será por ese 73%? ¿Nostalgia? Quizá las nubes si sienten nostalgia. Quizá… 

Ángel Ligero

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